Seguir a @futbol_rebelde

Por José Cornejo.- En estos tiempos del exitismo, el individualismo y del “ganar o ganar”, el mínimo error significa el destierro social, significa pagar las penas del infierno mientras tus pies aun anden por esta tierra.

Antiguamente los que erraban tenían la oportunidad de marcharse de su ciudad- si es que la policía no los encontraba antes- y emprender camino por este vasto mundo que les ofrecía una oportunidad de recomenzar su vida porque en esos entonces, este planeta era un vasto lugar repleto de sitios desconocidos. En aquellos remotos tiempos no existían cámaras y los viajes fuera de casa eran muy extraños. Y así los poetas, los comunistas, lo asaltadores o cuanto ser tachado de “anormal”, podía añorar la esperanza de un renacer.

Pero este mundo se nos ha vuelto un tanto pequeño. En cosa horas puedo dar la vuelta al mundo y en menos de un segundo un video puede ser visto por más de la mitad de toda la humanidad que tiene la suerte de tener internet. Y en menos de un segundo se puede andar por la calle recriminando y vanagloriando lo que los medios muestran como los valores correctos; ya nadie escapa, o mejor dicho, casi nadie.

Hoy en día las piedras que Jesús evitó cambiaron por los “likes” de Facebook, las Marías Magdalenas ya no necesariamente son pecadoras sexuales, sino que se ha expandido el espectro moral para recriminar y lapidar a cualquiera: palabras mal dichas, actos de dudosa reputación, y todo aquello que nos parezca contradictorio e inconsecuente. Pero no sólo las piedras y las marías magdalenas cambiaron, sino que también cambiaron los jueces, cambiaron los verdugos que al momento de dictaminar sentencia, se visten de blanca armadura, cual ángeles venidos del cielo, y se empecinan a lanzar toneladas de piedras a los que son enjuiciados en este circo planetario de nuestro siglo XXI. Aunque esas toneladas de piedra, casi siempre son más efectivas a unos que a otros.

Care Pato, este mundo que quiere aparentar dicotomía, que quiere creerse el cuento de los buenos y los malos, de lo blanco y lo negro, de la mujer y el hombre y tantas cosas más, se viste de relativismo cuando los verdaderos verdugos, esos que roban a manos llenas, esos que asesinan sin culpa, esos que manejan el mundo y venden la ignorancia y las cadenas del sometimiento, esos que son vistos como si estuviesen por encima de todo, en ellos el binarismo desaparece y nosotros los perdonamos porque “tienen plata” o simplemente “porque tienen poder”. Pero tú compañero, tú que eres como uno de nosotros, al mínimo error te lanzamos millones de piedras y quisimos asesinarte, porque sin darnos cuenta, nos hemos creído la frase que dice “ no muerdas de la mano que te da de comer” y esa mano que en apariencia nos da de comer, no solo nos alimenta de mala manera, sino que también nos hace quererla y admirarla como si fuesen manos de dioses benefactores. ¿quién les dijo que la tierra que explotan es de ellos? ¿ quién les dijo que para que ellos fuesen ricos nosotros teníamos que ser pobres? Disculpa, me estoy yendo por otro sendero. Lo que quiero decirte amigo mío, es que nos estamos traicionando, nos estamos matando entre nosotros mientras vanagloriamos a nuestros verdaderos verdugos, a ti te hacemos cargar el peso de la dicotomía, pero a los otros los hacemos levitar en el relativismo.

Chelo Diaz, mis respetos por tu persona y por tu juego, eres un guerrero como la inmensa mayoría que vive de las migajas de este sistema y que aun así mantiene viva la esperanza como tú la mantienes viva en tu diario vivir. Quizás te hubiese gustado haber nacido en esos tiempos en donde era posible renacer en otras ciudades, en otros pueblos, pero sé que en el fondo no lo hubieses hecho, porque eres de esos que ponen el “pecho a las balas” y que cuando la caga asume que la caga.

Piñera ganó las primarias, y quizás sea nuevamente presidente de este país, y será electo por aquellos que te están recriminando, por aquellos que te están culpando ¿no te parece contradictorio? ¿no te parece irónico que te recriminen a ti y no a él? Él se defiende apelando a la ley, pero todos sabemos que gente como él no va a la cárcel, porque ellos no roban, ellos se enriquecen ilícitamente que según la ley no es lo mismo que robar. Y así se inventan miles y miles de argumentos para comprobar su inocencia ¿pero qué pasa cuando un jugador da un pase mal, cuando uno de nuestros cabros chicos lleva una mala nota a la casa, cuando llega tarde, cuando fuma sin permiso? ¿ qué pasa? Lo castigamos con las penas del infierno, y el perdón se acepta pero el error jamás se olvida, pero el de los que conscientemente se equivocan usurpando nuestras vidas, ellos si pueden ser perdonados y sus males olvidados. Algo no anda bien amigo mío.

Aun le seguimos sacando en cara el penal a Caszely, y no lo respetamos por ser el único futbolista de esa época que se opuso a viva voz contra la dictadura más cruenta de nuestra américa, y mientras los otros le lustraban las botas al verdugo que nos hacía creer que nos daba de comer. Algo anda mal Marcelo. Pero sabes una cosa, anda con la consciencia tranquila de que eres un guerrero, ya nacerán más personas como tú y como el gran Charles, gente humilde, gente que refleja el sacrificio y que hace carne los mensajes de compañerismo, no con palabras, sino que con gestos. Lloraste y yo también lloré, porque yo también la he cagado miles de veces y me paro como lo hacen miles y millones de seres humanos. Pides perdón sin necesidad de hacerlo, y eso te hace más digno. Qué distinto sería este mundo si los poderosos tuviesen un mínimo de lo que tú tienes. Pero insisto, nacerán más como tú, porque hoy ya se vislumbran esos nuevos sujetos que mantienen viva la esperanza por ver amaneceres donde exista más justicia, igualdad y compañerismo.

Grande Chelo Díaz!