Por futbolrebelde.org.- Arturo Salah, es el nuevo presidente de la ANFP. Ganó con apoyo de los principales clubes de Primera A, tras unas elecciones que no buscan otra cosa que limpiar la imagen de la asociación como ente corrupto y revalidarse ante la opinión pública con un solo gran objetivo, la perduración y profundización del modelo de fútbol privatizado que llena los bolsillos de los empresarios ligados a los que alguna vez fueron clubes que promovían de forma clara el rol social del deporte.
“Cambian los payasos pero el circo sigue”, es el nombre del disco de una banda punk chilena muy futbolera, “Los Miserables”, que vio la luz en plena época de consenso neoliberal a mediados de los 90, donde las elecciones presidenciales y parlamentarias eran el balón de oxigeno para un sistema que desde sus condiciones objetivas hacía agua por todos lados. El ofertón de la época era por supuestos cambios, siempre en la medida de lo posible y sin tocar los intereses de la oligarquía trasnacional y financiera, cambios que a la fecha nunca se produjeron.
En el caso de las elecciones de la ANFP, sucede algo similar y emulable, votar y cambiar la plana mayor para que todo siga igual, sin tocar intereses de los que tienen al fútbol en esta crisis de legitimidad y ética, producto de la codicia y la ambición sin límites de los empresarios dueños de nuestros clubes, pero sobre todo porque en nuestro país opera esta lógica de mercantilizar todo, inclusive las promesas de transparencia y ética. Ahí entra la figura de Salah.
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