El reclamo por la aparición con vida de Santiago Maldonado se trasladó el fin de semana al fútbol profesional de Argentina, donde futbolistas, clubes e hinchas realizaron acciones solidarias.
En el Nuevo Gasómetro en la previa del partido en el que San Lorenzo jugó contra Racing por la primera fecha de la Superliga argentina. “Aparición con vida YA de Santiago Maldonado”, fue la leyenda de la pancarta, que fue portada por integrantes de la Comisión de Derechos Humanos de San Lorenzo y miembros de una ONG.
Vale aclarar que la AFA no dejo al plantel de San Lorenzo posar con el lienzo en la foto de equipo como había pedido formalmente el presidente del CASLA, argumentando la mentira de siempre, que fútbol y política no se deben mezclar.
Otro club que mostró su solidaridad con la lucha por la aparición con vida de Santiago Maldonado fue el CA Temperley, cuyos futbolistas mostraron una pancarta con el rostro de Santiago, antes de su partido frente a River.
Los hinchas de Banfield por su parte mostraron su mensaje solidario al colgar un trapo en el alambrado del partido de su equipo frente a Belgrano, que decía: “Aparición con vida de Santiago Maldonado”.
Por DeBoedoVengo.- En la previa al partido de ida de la llave de Cuartos de final de Copa Sudamericana frente a Palestino, se comenzó a pintar. Antes de que el Ciclón sellara su pasaje a semifinales se terminó el mural. San Lorenzo y Palestina. Dos Pueblos, dos causas, dos luchas que se entrelazan en el mismo grito: Vamos a Volver.
“Palestina es bandera de lucha y el mural que vimos en el camino representa lo común de las causas de nuestros pueblos. Por eso, la lucha de este club nos genera una profunda admiración, y es similar a la lucha del pueblo palestino por recuperar su independencia, soberanía y paz,”
Con esas palabras se refirió el Embajador de Palestina, Husni Abel Wahed, al mural que Jovenes con Palestina y Palestinos de Boedo pintaron en Castañares y Santander, aprovechando el cruce entre el Ciclón y Palestino por los Cuartos de Final de Copa Sudamericana.
En tiempos donde por primera vez en 12 años el gobierno argentino se abstuvo de votar a favor de Palestina en los proyectos de resolución del conflicto titulados “Palestina Ocupada” que se impulsan desde UNESCO, los cuervos que abrazamos la causa del Pueblo palestino hicimos un mural donde se plasma la solidaridad con quienes son sistemáticamente abusados en sus derechos humanos y privados de su legitimo reclamo por volver a sus tierras. Y nadie mejor que los hinchas de San Lorenzo para saber lo que implica el sentido de pertenencia, arraigo e identidad, acompañado del grito imperioso de VAMOS A VOLVER.
Los tetracolor, a estas alturas se convirtieron en mucho más que un club y para muchos representa la lucha palestina contra el yugo israelí. Tanto así que cientos de hinchas de otros equipos, llegaron a apoyar a Palestino.
Palestino, el club de fútbol chileno, se ha convertido en un símbolo para todos quienes añoran, en Chile y en el mundo, la liberación del pueblo palestino.
Incluso en Franja de Gaza o Cisjordania, algunos palestinos han seguido las campañas internacionales del club de La Cisterna, especialmente positivas en el último tiempo.
Así las cosas, la bandera que se desplegó en el Estadio Monumental este jueves adquirió un sabor especial. El gigantesco emblema de cincuenta metros flameó ante la presencia de 12.000 personas que aplaudieron a rabiar durante el partido de vuelta por los cuartos de final de la Copa Sudamericana.
San Lorenzo logró hoy su objetivo de concretar la compra del 75% de los terrenos de Avenida La Plata a la empresa transanacional francesa Carrefour, luego de una extensa negociación que concluyó positivamente.
“Ahora sí cuervos: a festejar, llorar y abrazarse con los que tenemos al lado y con los que no están #VolvimosaBoedo”, escribió el presidente del club, Matías Lammens en su cuenta de Twitter a las 14.45.
Lammens acababa de firmar el acuerdo que derivará en la compra del 75 por ciento del terreno en 150 millones de pesos y quedarán 7 mil metros cuadrados para Carrefour. El boleto de compra venta podría firmarse en tres meses.
Un cortometraje de ficción reivindicativa, quizás un nuevo genero del cine, que viene a acompañar a los socios e hinchas del CA San Lorenzo de Almagro en su lucha por regresar a sus origenes, el barrio de Boedo. Recordar que el conflicto nace a fines de los años 70, cuando la dictadura civico-militar argentina obliga a San Lorenzo a venderles el Viejo Gasómetro (un símbolo de otra época, el Wembley porteño). Después, Carrefour, multinacional francesa, en tipicas y poco claras componendas entre dictaduras y capitalistas, adquirió el terreno para construir su primer hipermercado en el país hermano.
Luego de construir una organización de socios e hinchas muy potente, masivas marchas y manifestaciones, además de la ley de restitución histórica promulgada en 2012, los azulgrana consiguieron forzar un acuerdo entre la multinacional francesa y el CASLA.
Hace un par de meses, convocados por la Subcomisión del Hincha del club, unos 20 mil hinchas de San Lorenzo se concentraron frente al predio que actualmente ocupa el supermercado Carrefour, en Avenida La Plata al 1.700, con el fin de demandar el efectivo cumplimiento del acuerdo que la institución de Boedo firmó con la empresa francesa para recuperar parte de ese predio, en el que se proyecta construir el nuevo “Viejo Gasometro”.
San Lorenzo de Almagro ha logrado más del 50 por ciento de la recaudación que necesita para mudar su estadio a Boedo y quedó prácticamente a la mitad del camino de su objetivo.
El club inició una campaña para recaudar los 94 millones de pesos necesarios para recuperar el terreno de Avenida La Plata y en poco más de un mes y medio, su gente consiguió sumar 58 millones, todo esto a través de la compra de metros cuadrados del terreno en cuestión .
La colecta se realiza entre hinchas, socios, famosos, futbolistas y ex glorias de la institución. Hasta el momento aportaron figuras notables como Ezequiel Lavezzi, Pablo Barrientos, Fabricio Coloccini, entre otros, y de aquí en más, el tramo final se hará cuesta arriba; sin embargo, la difusión de estos datos debería lograr un efecto cascada para que aporten aquellos que todavía no lo hicieron.
Te cuento que el otro día estuve en el supermercado Carrefour, donde antes estaba la cancha de San Lorenzo. Fui con José Sanfilippo, el héroe de mi infancia, que fue goleador de San Lorenzo cuatro temporadas seguidas. Caminamos entre las góndolas, rodeados de cacerolas, quesos y ristras de chorizos. De pronto, mientras nos acercamos a las cajas, Sanfilippo abre los brazos y me dice: “Pensar que acá se la clavé de sobrepique a Roma, en aquel partido contra Boca”. Se cruza delante de una gorda que arrastra un carrito lleno de latas, bifes y verduras y dice: “Fue el gol más rápido de la historia”.
Concentrado, como esperando un córner, me cuenta: “Le dije al cinco, que debutaba: no bien empiece el partido, me mandás un pelotazo al área. No te calentés que no te voy a hacer quedar mal. Yo era mayor y el chico, Capdevilla se llamaba, se asustó, pensó: a ver si no cumplo”. Y ahí no más Sanfilippo me señala la pila de frascos de mayonesa y grita: “¡Acá la puso!”. La gente nos mira, azorada. “La pelota me cayó atrás de los centrales, atropellé pero se me fue un poco hasta ahí, donde está el arroz, ¿ve?” –me señala el estante de abajo, y de golpe corre como un conejo a pesar del traje azul y los zapatos lustrados–: “La dejé picar y ¡plum!”. Tira el zurdazo. Todos nos damos vuelta para mirar hacia la caja, donde estaba el arco hace treinta y tantos años, y a todos nos parece que la pelota se mete arriba, justo donde están las pilas para radio y las hojitas de afeitar. Sanfilippo levanta los brazos para festejar. Los clientes y las cajeras se rompen las manos de tanto aplaudir. Casi me pongo a llorar. El Nene Sanfilippo había hecho de nuevo aquel gol de 1962, nada más que para que yo pudiera verlo.
El niño pobre, en general negro o mulato, encuentra en el fútbol la posibilidad de ascenso social, que no tiene otro juguete que la pelota: la pelota es la única varita mágica en la que puede creer. Quizás ella le dé de comer, quizá lo convierta en héroe o dios. (...) La miseria lo adiestra para el fútbol o el delito. Eduardo Galeano