Por Ignacio Pato.- Escaparate mediático + ajuste de cuentas = Europa del este saca músculo ultraderechista aprovechando el fútbol
“El fútbol internacional es la guerra sin disparar”. La frase es de George Orwell y esta Eurocopa le está dando la razón más que nunca.
Tras los sucesos de Marsella, Europa ha redescubierto al ultro ruso. Sin embargo, el cuadro estaría incompleto hablando solo de ellos. Un campeonato con 24 selecciones ha llevado hasta Francia a un buen puñado de extremistas con demasiadas cuentas pendientes entre ellos. O con todo diferente, en general.
Precisamente, el domingo todo el foco mediático estaba volcado sobre la violencia rusa de Marsella. Quizá por eso pasó tan desapercibida la presencia nada disimulada de la extrema derecha alemana en Lille, ciudad del norte de Francia donde la Mannschaft jugaba ese día contra Ucrania.
Karim Benzema y Ben Arfa, la no convocatoria a la EURO 2016: El delantero francés del Real Madrid Karim Benzema considera que el seleccionador Didier Deschamps cedió a “una parte racista de Francia” al no convocarlo para la Euro 2016, ahondando en una polémica abierta por el ex jugador francés Eric Cantona.
Consultado si consideraba a Deschamps racista, Benzema dijo que “no lo pienso”, pero agregó que “se plegó a la presión de una parte racista de Francia”.
En la entrevista que publica Marca, el atacante expresó que “en Francia el partido extremista (en clara alusión al Frente Nacional de extrema derecha) llegó a segunda ronda en las dos últimas elecciones. No sé, por tanto, si es una decisión sólo de Didier, porque me he llevado bien con él, con el presidente. Bueno, y con todos”.
La policía croata investiga quién dibujó la esvástica sobre el césped del estadio Poljud de Split que se pudo ver anoche durante la retransmisión del partido entre Croacia e Italia, jugado a puerta cerrada precisamente como castigo de la UEFA por consignas pro-nazis y lanzamiento de bengalas en partidos anteriores.
“Espero que los hooligans no triunfen. Pedimos a todos que se proteja el fútbol, al Estado croata y a la ciudad de Split”, comentó hoy en rueda de prensa el exmadridista Davor Suker, presidente de la Federación Croata de Fútbol (HNS)
Aunque el símbolo pasó desapercibido para la mayoría de los espectadores de televisión, y no hubo público en las gradas, la noticia se transmitió rápidamente por los portales de internet, con fotos que mostraban la cruz en la cancha.
“Nos disculpamos con todos los espectadores, los huéspedes de Italia y los jugadores de ambas selecciones por el símbolo nazi en el césped de Poljud”, señala la Federación de Fútbol de Croacia (HNS) en un comunicado que recoge hoy la agencia de noticias croata Hina.
Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad. Quizá sea uno de los grandes dramas del dirigente; éste debe unir a un espíritu apasionado, una mente fría y tomar decisiones dolorosas sin que se contraiga un músculo. Nuestros revolucionarios de vanguardia tienen que idealizar ese amor a los pueblos. No puede descender con su pequeña dosis de cariño cotidiano hacia los lugares donde el hombre común lo ejercita. Ernesto Che Guevara