Entrenadores, trabajadores y algunos propietarios de la NFL se unieron a los jugadores en una muestra de solidaridad silenciosa en sus partidos del domingo, tras repetidos comentarios de Trump acerca de que la liga debería expulsar a cualquier jugador que haya hincado la rodilla en protesta durante el himno. Algunos optaron por adoptar esta posición el domingo, mientras que otros enlazaron sus brazos.
Varios jugadores comenzaron a arrodillarse recientemente durante la interpretación del himno nacional para llamar la atención sobre lo que consideran un patrón de racismo en el tratamiento de los negros por parte de la policía. Sin embargo, el gesto cobró un nuevo significado el fin de semana en respuesta a las palabras de Trump del viernes, que reavivaron la controversia en un mitin en Alabama.
Durante el fin de semana, Trump también cargó contra la estrella de la NBA Stephen Curry, que ganó el campeonato con los Golden State Warriors en junio, y le retiró una invitación para visitar la Casa Blanca.
Los ganadores estadunidenses de grandes títulos deportivos son invitados a la Casa Blanca para ser homenajeados por el presidente de turno como un acto rutinario, pero algunos jugadores aseguraron que no acudirán.
El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue. Eduardo Galeano