Resumen:Algunas veces las mejores preguntas surgen del sentido común, es por esto que el presente documento, trata de responder a ¿Por qué el fútbol es el principal y más popular deporte en el mundo? Para este proceso se necesita revisar el camino entre tradición y modernidad, mientras la gente establece una identidad encadenada a un equipo, a un rol en el juego. En el intertanto, esta identidad es dinámica en su construcción. Este juego se convirtió a deporte, mientras estaba consiguiendo un lugar como una función social, especialmente para la sociedad latinoamericana.
La más básica de las preguntas es a veces la más interesante de todas, aquella extraída de la calle, de la vida, del sentido común, por esto el presente artículo ofrece un espacio para reflexionar sobre el Fútbol como el fenómeno social más ecuménico del último siglo, a su vez potenciado en los primeros años de este nuevo siglo por el avance en tecnología, comunicación, y el proceso denominado globalización.
Entonces, ¿Por qué el fútbol es tan masivo? ¿Por qué lo juegan todas las etnias? ¿Por qué niños lo juegan a pies descalzos tanto en Sudamérica como en el África? , ¿Por qué el mito popular afirma que si tu equipo gana, “el café en la mañana es más dulce, y el pan más blando”?.
Hubo un tiempo, los primeros años del siglo XX, en que el fútbol no era parte de la vida cotidiana de la mayoría de los argentinos: se jugaba en los colegios ingleses para fomentar la disciplina, e informalmente en algunos barrios por el gusto del desafío y el honor del vecindario. Entre esta primera etapa en que las canchas de los clubes no estaban en su zona de influencia (el club de Once tenía su cancha en Floresta o Devoto; el de Almagro, en Parque Chacabuco) y la efervescencia que llevó a que se popularizaran y sus hinchas fueran bautizados con provocadores apodos (“millonarios”, “diablos rojos”, “funebreros” o “leprosos”), el fútbol se convirtió en un espectáculo masivo, y los jugadores, inicialmente amateurs, se transformaron en cracks que brillaban en los medios, como Américo Tesorieri, Fernando Paternoster o Miguel Ángel Lauri.
¿Cómo se produjo esta transformación formidable, que hizo que un deporte creciera al ritmo vertiginoso de los barrios porteños hasta constituir un universo propio, caracterizado por el talento, la destreza y los rituales colectivos? En este trabajo excepcional y novedoso, Julio Frydenberg recorre la evolución del fútbol en la Argentina: cuáles fueron los primeros desafíos entre equipos rivales, los primeros “clásicos”, cómo nacieron y crecieron los clubes, cuáles eran las prácticas de los dirigentes, cómo organizaban los torneos, cómo se relacionaba la vida cotidiana de los hinchas con el fervor de cada evento dominguero, cuál fue el rol de los medios en el surgimiento del espectáculo deportivo, qué formas adoptaba la violencia.
“Historia social del fútbol, del amateurismo a la profesionalización”, cuenta con maestría cómo un deporte casi inexistente fue instalándose y creciendo hasta convertirse en la pasión de multitudes que es hoy.
Dentro de la historia se sabe que los griegos tenían un juego de pelota llamado episkyros o pheninda, mientras que los romanos jugaban harpastum. Hay indicios de que hombres y mujeres disfrutaban de un juego chino llamado tsu chu, en donde los jugadores trataban de meter una pelota hecha con piel de animal rellena, a través de unos postes de bambú. Este juego se utilizaba para entretener a los soldados durante la dinastía Ch´in (255 a 206 a.c.).
En la Europa medieval, los partidos de futbol entre pandillas eran tan indisciplinados y violentos, que los lideres de varios países como Carlos V, de Francia, Oliver Cromwell, en Inglaterra, trataron de prohibir este deporte. En Italia, originalmente se inicio en el siglo XVI y lo jugaron aristócratas y lideres religiosos, incluyendo tres Papas. Cada equipo estaba formado por 27 jugadores y los goles se marcaban cuando la pelota pasaba sobre cierto lugar en la orilla del campo.
El documental “Maracaná, la película”, que muestra aspectos nunca antes vistos del ‘Maracanazo’ del Mundial de fútbol de 1950 en Brasil, fue estrenado hace un par de semanas en una presentación especial en el estadio Centenario, de la capital uruguaya.
Más de diez mil personas acudieron al escenario deportivo para presenciar en una pantalla gigante este estreno cinematográfico, que removió las redes sociales del país y que contó con una promoción que incluyó la instalación en la puerta del estadio de un avión similar al que trajo de Brasil a los protagonistas de la hazaña.
Es año de elecciones presidenciales y todos los candidatos buscan asociarse al éxito deportivo para fortalecer su campaña. El golero Moacir Barbosa sale al campo de juego como uno de los candidatos a edil más populares de las próximas elecciones y, como el resto del seleccionado brasilero, lleva debajo de su indumentaria una casaca que reza “Brasil Campeao”.
En el otro vestuario el capitán uruguayo Obdulio Varela se prepara para guiar a su selección hacia un enfrentamiento que quedaría por siempre en la memoria del fútbol. Unos meses antes -él mismo -encabezó la huelga general de jugadores, esta etapa sería germinal de un grupo humano que encontraría en la figura de su capitán un líder capaz de unificar al equipo y conducirlo a la victoria. Entre ellos se encuentra el joven debutante Alcides Ghiggia quien 78 minutos más tarde protagonizaría la tragedia y la hazaña más grande que el futbol puede contar.
Por Ángel Iturriaga*.- Vivimos un tiempo en el que se vive el fútbol desde la inmediatez, la historia de un equipo o de un jugador es la que se escribe entre el final de un encuentro y el principio del otro. La sobredimensión mediática de este deporte y su utilización de forma torticera en programas que poco tienen que ver con el juego, han hecho que este fenómeno se haya extendido y que cada día se esté banalizando más un deporte tan bello y en el que sigue habiendo historias que contar del máximo interés.
Frente a esta tendencia mayoritaria, es destacable el trabajo de muchos autores individuales, grupos de investigación y editoriales que están apostando por la memoria histórica y por acercar la historia del fútbol a las nuevas generaciones. Es fundamental que sepan que el fútbol no empezó con Messi ni con Cristiano Ronaldo. Todos los jugadores y entrenadores son deudores de alguien anterior y esa cadena siempre nos lleva hacia los orígenes del fútbol. Para saber por qué se ha llegado a elaborar una táctica o cómo han evolucionado las posiciones de los futbolistas, hay que acudir a las fuentes, y las fuentes siempre están en los orígenes. Nada mejor que poner dos ejemplos paradigmáticos para dar luz a estas palabras.
Por Juan Pablo Barros.- Lleva años investigando la historia de nuestra pasión deportiva, entendiéndola como una verdadera escuela política de la clase trabajadora. Su libro “Ciudadanos y deportistas: Los políticos de clubes de fútbol en Chile, 1893-1973” está a punto de ser publicado por la Universidad de Carolina del Norte. No juega fútbol, y piensa que eso le pesó cuando buscaba historias orales entre los dirigentes amateurs. La miraban como si estuviera “peinando la muñeca”, dice. Cuando fue por primera vez al estadio pensó que era casi como ir a Beirut en los ‘80. Pero una vez ahí le sorprendió desagradablemente que no vendieran cerveza. Estas son algunas de sus conclusiones sobre los pequeños clubes de barrio.
UN MUNDO EN EXTINCIÓN
Se podría imaginar que para alguien imparcial es más llamativo estudiar este tema en relación a Argentina y Brasil; países campeones mundiales, llenos de clubes y pergaminos. Aun así preferiste estudiar el caso chileno ¿Por qué?
“Vasco es el equipo de la revolución…Vasco es el equipo del amor”. Por Carlos Alberto Figueiredo Da Silva.
El título de este escrito fue tomado prestado a los niños, que después de las victorias de Vasco da Gama, cantaban en el patio de una escuela en Río de Janeiro. Esos niños expresaban el sentimiento de muchos vascaínos y también del resto de Brasil. Pero, de dónde vienen esas representaciones y como se construyen? ¿Por qué ellas dicen “Vasco el equipo de la revolución”? ¿Por qué el equipo del amor?
Distintos estudios se realizaron sobre el fútbol brasileño; parece que la comunidad académica comienza a percibir la importancia del fútbol en la construcción de la identidad del pueblo brasileño. Muchos de esos estudios pasan por el Vasco da Gama y por su denodada lucha por la democratización del deporte inglés.