En el mes de enero la FIFA castigó con multas económicas a varios países de América por canticos discriminatorios en las eliminatorias rumbo a Rusia 2018. A Perú, Uruguay, Argentina y México le impusieron una sanción de 18.270 euros por estos ‘cánticos’ en un solo encuentro y a Chile 64.000 euros por que ocurrieron en cuatro partidos diferentes. Que nuestro país haya recibido la multa más alta por la continuidad de dichas prácticas nos demuestra que por muy campeones de América que hayamos sido, algo estamos haciendo mal, no sólo por parte de ls dirigentes y los medios de comunicación, sino principalmente por los hinchas que nos plantamos nuestro amor al fútbol desde la trinchera de la conciencia y la rebeldía.
La tarjeta verde de la Unicef y unas cuantas multinacionales, que disfrazan propaganda de sus productos con buenas intenciones, pudo haber terminado con las pifias durante el sonido de los himnos de los rivales de la selección, pero estuvo lejos de conseguir el objetivo de terminar con la discriminación en los estadios de Chile. De hecho cuando termina de sonar el himno del país rival, se escuchan múltiples gritos discriminatorios hacia estos que no pasan desapercibidos. Cambiamos silbidos por insultos: gritos de negro, mono, maricón, muerto de hambre, traficante, putitas, entre otros, más el gentilicio del rival de turno es común escucharlo de forma individualizada y a veces dichos o festinados por pequeños grupos aún durante los partidos de La Roja.
Que la FIFA castigue no nos dice mucho, ellos están en una campaña de lavado de imagen de la corrupción y tráfico de influencias, practicas comunes del capitalismo y de la responsabilidad que tiene esta organización al transformar este deporte tan hermoso en un negocio sumamente lucrativo. Pero no es quien te llama la atención o castiga lo importante, sino el porqué del castigo: cánticos homofóbicos y xenófobos. Si de algo puede servir este llamado de atención es para darnos cuenta y cuestionarnos la manera en que como chilenos vemos el fútbol, el estadio y el ambiente que lo rodea.