Por Gonzalo Reyes.- La selección argentina se bajó del partido contra Israel ante las protestas y la polémica que había generado. Las marchas y manifestaciones de palestinos en la Franja de Gaza, la represión militar y la decisión política de EE.UU. de trasladar su embajada, llenaron de sospechas a un encuentro acusado de ser parte de una propaganda política internacional. En la concentración Argentina todos señalan a Messi como responsable de la decisión. La Agencia Judía de Noticias (AJN) confirmó que Benjamín Netanyahu llamó a Mauricio Macri para que interceda. Todo deporte, es político.
Todo deporte es político. Sobre esa tesis, desde La 10 hemos intentado contar el contexto sobre el cual se gestó el partido entre Argentina e Israel, cuya suspensión fue informada oficialmente por la propia Embajada de Israel en la tarde del martes.
Desde el 30 de marzo, cuando comenzó la Gran Marcha del Retorno en los márgenes de la Franja de Gaza -en conmemoración del 42º aniversario del Día de la Tierra Palestina-, se podía observar que la decisión de Donald Trump acerca de trasladar la embajada norteamericana a Jerusalen, estallaría. Y en ese cuadro, desde entonces, figuraba la Selección Argentina, Lionel Messi y el Mundial de Rusia.
Por Francisco Herrera (*).- La historia del fútbol cuenta que Dios se viste de albiceleste. Desde su retiro, en el país trasandino se espera a su sucesor, pues candidatos ha habido muchos. También existen reyes, maravillas, magos y una innumerable sucesión de personajes míticos, que lamentablemente y en contra del goce de disfrutar el deporte, terminan por ser deshumanizados. Acostumbrados a una lógica cada vez más exitista, el fútbol se ha acostumbrado a culpar a pocos, del fracaso de muchos.
La cultura sudamericana siempre ha sido rica en mitos e historias, por ende su última gran fiesta futbolística, a pesar de haberse jugado en Norteamérica por temas lucrativos, no podía estar exenta de estas fantasías. La final disputada entre Chile y Argentina, que terminó por dar su primer bicampeonato en la historia a “la roja”, dejó mucho paño que cortar en torno a cómo se vive el fútbol en la actualidad.
Pareciera que los errores están prohibidos. Cuando el inicio de Chile no fue el esperado, inmediatamente las críticas fueron duras con el arquero y capitán del equipo. Sus evidentes fallas en la fase grupal, iniciaban la despiadada carnicería en torno a su nivel y su rol en el equipo. El último día de competencia, probablemente sus manos estaban “benditas”, si hasta estatua se propuso. El capitán del subcampeón vivió el proceso a la inversa. Con pocos minutos en la fase grupal, sus fieles esperaban su advenimiento, su aparición “Messiánica”, que conquistara un nuevo título para su país, tras 23 años sin conocer de copas a nivel adulto. Pero Lio les falló. Fue incapaz de ganar sólo. ¿Por qué Argentina jugaba mejor sin Messi? Porque lo hacía como equipo. ¿Por qué Bravo pudo volver a responder al nivel que acostumbra? Porque lo apoyó el equipo.
Por Pablo Aro Geraldes.- Contra Grondona, contra Segura, contra los que hicieron este mamarracho institucional que nos tiene sin hinchas visitantes por una violencia incontrolable, contra un impresentable torneo de ¡30 equipos!, contra Deluca, Meisner, Burzaco protagonistas de una trama mundial de corrupción, contra el negociado del AFA-Plus que nunca vio la luz, contra el desmantelamiento de las selecciones juveniles, contra una estructura de selección que no le paga a su DT ni lleva sparrings a la Copa, contra una Superliga de ambiciosos, contra los Moyano y los Tinelli y sus proyectos egoístas, ahora contra Servini de Cubría y Dupielliet…Es demasiado para uno solo, aunque ese uno sea el mejor del mundo.
Por Pollo Swidzinski.- Recientemente estuve viajando por Venezuela y Colombia y durante el recorrido conversé con coreanos, colombianos, alemanes y venezolanos. Las diferentes charlas en algún momento pasaban por el fútbol y el inminente mundial en Brasil.
Hablando con venezolanos del futbolero estado de Táchira, me comentaban su bronca contra Uruguay por clasificar históricamente en el repechaje y con ayuda argentina en la última fecha, lo que los dejó fuera del mundial en más de una ocasión; coreanos mencionaban su devoción por el fútbol argentino y sus deseos de ver un partido de fútbol en Buenos Aires; los colombianos me dijeron que brindaban por Pekerman y me recordaban el histórico 5 a 0 en el monumental; charle también con alemanes que no mencionaban habernos ganado la final en el 90 ni tampoco emitían palabra de habernos eliminado en el 2006 y 2010, pero podía ver las ganas de decirlo en sus ojos.
Lejos del negocio y del espectáculo, para los chicos el fútbol conserva su escencia más pura: el juego. Es más que un deporte para ellos, es un lenguaje universal que traspasa culturas, religiones y clases sociales.
Los cinco niños de las fotos de arriba crecieron hasta convertirse en los cinco niños de las fotos de abajo. Ahí está gran parte del secreto del Barcelona: está conformado por un grupo de hombres que juegan como chicos.
“Poco antes de disputar su primera final, Lionel Messi se quedó encerrado en un baño. El niño que no podía ser detenido por defensa alguno se enfrentó a una cerradura averiada. Faltaba poco para que comenzara el partido y Leo aporreaba la puerta sin que nadie lo escuchara. El trofeo de ese campeonato era el mejor del mundo: una bicicleta”.