Por falta de apoyo de los dirigentes de los clubes en la AFA, el sueño del Presidente y extitular de Boca Juniors de convertir a los clubes en empresas volvió a quedar trunco.
El Comité Ejecutivo de la AFA definió eliminar la habilitación de las Sociedades Anónimas Deportivas del orden del día de la Asamblea Extraordinaria que la casa madre del fútbol argentino celebrará el próximo 29 de noviembre. El rechazo masivo de los clubes arruinó el nuevo negocio que quería conseguir Mauricio Macri.
Luego de que varios instituciones y dirigentes del fútbol argentino expresaran su rechazo total al desembarco de las Sociedades Anónimas (SAD), el polémico anhelo del presidente Macri se postergó una vez más y triunfó la defensa del rol social de las clubes.
Luego de que la inscripción del tema no fuera tratada la pasada semana, el sector pro SAD encabezado por Daniel Angelici no tuvo la fuerza suficiente para imponer la discusión sobre la modificación del estatuto de AFA que le abría las puertas a las empresas. De esta forma, Macri volvió a fracasar al igual que el 20 de julio de 1999, cuando fue el único dirigente que votó en favor de su propia iniciativa y Julio Grondona le lanzó el recordado “perdimos, Mauricio”.
Por Alejandro Viovy Apablaza.- Conforme al progreso que fundamenta el actual sistema de cosas, la diversión y el ocio se han transformado en bienes transables y de consumo. Hoy la violencia que ejerce la libertad económica repercute en el bolsillo y en el estado de ánimo de los chilenos y chilenas.
Las concesionarias que administran los clubes deportivos están emulando el modelo europeo en lo que respecta la venta de entradas, es decir, sus intenciones es lograr un abono total del reducto. Explicado a grueso modo, cada abonado está pagando una cifra anual para asistir a todos los partidos de su equipo en el año, y de esta manera la empresa se asegurará un ingreso mínimo. Un negocio redondo para las sociedades anónimas, pero no así para las familias ¿Qué pasará con el hincha que no tiene el dinero suficiente para costear el abono?
Juan Cristóbal Guarello.- El próximo año las sociedades anónimas cumplirán una década instaladas en el fútbol profesional chileno. Antes de que el calendario indique la cifra redonda, y los consiguientes champañazos y columnas laudatorias, es bueno hacer un análisis un poco más fino sobre la actual propiedad, administración y destino del producto. Hay varios detalles que resultan interesantes y reveladores, de la misma manera son simétricos sobre los paradigmas económicos que manejan el país, o, si se quiere, de la forma integral en que Chile marcha.
Durante mucho tiempo se criticó con dureza la disociación que había entre el manejo económico del país y el que se verificaba en el fútbol profesional. Esto es, mientras Chile tenía una política económica “moderna” que espoleaba el crecimiento (los alegres noventa), el balompié se mantenía estancado en añejas estructuras organizativas, donde campeaba la ineficiencia, la corrupción y se dejaban escapar esplendidas oportunidades de desarrollo. La nación veía florecer por todos lados carreteras, centros comerciales, aeropuertos y todo tipo de emprendimientos, mientras el fútbol continuaba anclado a los viejos clubes sociales y deportivos, con estadios antiguos, propios del sistema económico estatal y anacrónico, ya enterrado por la historia según todos los gurús de moda.
Los ataques desde los medios eran despiadados, así como las noticias sobre jugadores impagos, clubes en bancarrota y dirigentes ladrones. Paulatinamente se fue creando un ambiente propicio para el cambio. Dada la envergadura social que tiene el fútbol, resultaba inconcebible para los grandes intereses económicos mantenerse al margen de una dinámica tan potente. La estructura, que había durado con pequeñas variaciones algo más de siete décadas, sería desmantelada de manera eficaz en menos de cuatro años. Pero el golpe debía ser contundente, a prueba de dudas o voces críticas. Es aquí donde entra la quiebra de Colo Colo.
Por Iñigo Arza.- Lo más excitante de cualquier proyecto en el que me haya visto embarcado, sea personal o social, es el comienzo. En el comienzo todo es posible, todo está por decidir, no hay puertas cerradas. En esos primeros momentos el idealismo es total, la pureza se mantiene, la idea inicial romántica no ha sido tentada por ninguna perversidad. Me gusta imaginar que así fueron los comienzos en todos los clubs de fútbol: estando a un metro de los jugadores, hablándoles directamente, cruzándotelos por la calle o compartiendo cervezas en los bares.
Cuando un proyecto crece, aparecen las dificultades y las contradicciones se disparan. ¿Son los mismos estos colores y este escudo que los que llevaba mi abuelo? A simple vista, sí. Sin embargo, si uno rasca un poco en ellos, aparecen las dudas. Imagino lo difícil que será ser de un equipo de los llamados grandes hoy en día. Por regla general, uno nace de un equipo y a él se mantiene fiel hasta su muerte. ¿Pero ese club, que ahora quizá ni siquiera sea un club, sigue siendo el mío?
Una clara señal de que el negocio de las sociedades anónimas en el fútbol no fue lo que se esperaba se concretó en la semana pasada en Quilín, luego que la ANFP propusiera al Consejo de Presidentes gestionar un millonario crédito en la banca para pagar la deuda que mantienen los clubes con las empresas de factoring.
Según lo adelantado por Sergio Jadue, el ente del fútbol chileno ya llegó a un acuerdo con dos entidades bancarias que están dispuestas a prestar 30 millones de dólares a la ANFP, los cuales se pagarán en un periodo de cuatro años y será respaldado con los dineros provenientes del CDF y sus derechos de imagen.
El ex vocero de Gobierno confesó que hoy se retracta del nacimiento de la ley que buscaba ordenar el fútbol, afirmando que “no resultó y que se debe volver a las corporaciones”.
El 2005 cambió el fútbol en Chile. Ese año, luego de diversos lobbys de grandes grupos empresariales y políticos que representan sus intereses, se promulgó la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas (Ley 20.019), una norma que tenía como objetivo privatizar los clubes deportivos chilenos, para rentabilizar las grandes ganancias producidos por estos, que en aquellos años aún estaban bajo el control de sus socios e hinchas. Si bien sus impulsores justificaban que solo buscaban ordenar el balompié chileno desde el punto de vista económico, hoy, a ocho años de su creación, es rechazada totalmente por uno de sus principales instigadores.
Y fue Francisco Vidal, ex Ministro de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, quien en el programa “Todos contra Todos” de Vive! Deportes reveló que si en un principio veía a las Sociedades Anónimas como la salvación, hoy las vislumbra prácticamente como un error.
Yo le pregunto a usted, querido lector. Si pone una empresa y el estado le presta el local donde vende por un módica suma o mejor aún, se lo pasan gratis. Le dan un contingente policial gratuito que proteja su negocio, tenga beneficios tributarios por lo que vende y además exija y amenace con no vender más si no le dan esas garantías. Súmele que con ese negocio usted se llena los bolsillos y obtiene beneficios que van más allá del mismo dinero
¿Sería un buen negocio? Por supuesto que si. Claro que si.
Bueno, algo así es lo que pasa en Chile. Nuestro país siempre se ha caracterizado por defender a ultranza al empresariado y al que produce. Mucho más que a la gente que paga el 19% de todo lo que consume, es como cultura nacional, está en el ADN de nuestra cultura política.
Todo comenzó a mediados de la semana pasada cuando en el partido por Copa Chile, entre Universidad Católica y Coquimbo Unido, los hinchas de la UC sacaron banderas del tamaño permitido por el Plan Estadio Seguro ( de un máximo de 1 x 1,2 mts.) que en conjunto constituían una leyenda crítica del accionar de la dirigencia y concesionaria del club de la franja. Ante esto se dejó caer una represión tremenda de parte de la policía chilena, la cual fue resistida por los hinchas de la UC.
A continuación extractos de una entrevista miscelanea a Alberto Fouillioux que realiza “La Cuarta”, la actitud serena del ex delantero de la UC cambia cuando le preguntan sobre la actual Sociedad Anónima que controla el club, Cruzados SADP: “Lo único que quiere Cruzados SADP es valorizar a Nicolas Castillo para’ venderlo. Tal vez sea razonable desde los números, pero no corresponde al deseo de los hinchas”, ataca.
¿Por qué la UC no logra salir del actual estado desde hace un par de años?
– Cuando Cruzados SADP salió a la bolsa, partió con un activo muy pequeño. Toda la plata de la venta de acciones quedó en la Fundación, en el club deportivo, y no quedó nada para el fútbol, deporte por el que la UC es conocida, sin desmerecer a las otras ramas.
Érase una vez un equipo de futbol en el Brasil de la dictadura militar que pasaba por un mal momento financiero y deportista. La gran mayoría de sus jugadores no ganaban las fortunas que hoy suelen ser los salarios de un Ibraimovitch o de un Cristiano Ronaldo. Los hinchas del Corinthians, un club de Sao Paulo, se quedaban con las ganas de volver a ver a su equipo favorito en la cima del campeonato brasileño. En 1981, el nuevo presidente de los Corinthians, Adilson Monteiro Alves, un sociólogo izquierdista de 35 años, propuso a los jugadores un método revolucionario para relanzar el equipo: socializó con ellos las ganancias de la venta de boletos y los ingresos provenientes de los derechos televisivos. Compartió los excedentes con los empleados y obreros, e instauró en el ámbito deportivo una verdadera autogestión.
El fútbol chileno en rojo: Déficit del sistema de Sociedades Anonimas Deportivas asciende a $30.600 millones.
Protagonistas de la industria achacan los números negativos al pequeño tamaño del mercado, la escasa asistencia de público al estadio y a los altos gastos operaciones de los equipos, que no alcanzan a ser compensados por los aportes del Canal del Fútbol.
Cuando en mayo de 2005 se promulgó la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas Profesionales, muchos pensaron que el fútbol chileno por fin daría el salto de calidad que lo transformaría en una industria millonaria, similar a las grandes ligas europeas.
Es que el cuestionado sistema de corporaciones sin fines de lucro, que llevó a la quiebra a clubes de la talla de Colo Colo y Universidad de Chile, hacía necesario un giro radical en la manera de administrar a los equipos profesionales de fútbol.
Desde una ex dirigente que argumenta con cifras que el club nunca debió haber quebrado hasta el reconocimiento de “ingenuidad” de Ricardo Lagos al no poner limitantes a la compra de acciones en la ley de Sociedad Anónimas Deportivas trae “Colo Colo ya no es Chile”, libro que reúne entrevistas de varios de los personajes que más influyeron en la venta y debacle del equipo más popular del país.
“Creo que esta es la primera vez que aparece Ricardo Lagos reconociendo un error, aunque aclarando que fue sin intención. Nos dijo que fue ingenuo. Que él creía que iba a pasar a ser un capitalismo popular con la gente como dueño”. Eso dice Dante Faúndez que le respondió el ex presidente de la República, cuando le preguntó por las motivaciones que tuvo para impulsar la ley que creó las Sociedades Anónimas Deportivas, en la entrevista que saldrá publicada en unas semanas en el libro “Colo Colo ya no es Chile”, un retrato de los secretos de la quiebra de Colo Colo y su privatización.