Por PolloSwidzinski.- Antes del 17 de Abril, se especulaba con lo que podría llegar a pasar si ocurriá. Desde el 17 cuando se confirmó, se habla de que podrá pasar. El tópico: los enfrentamientos entre Boca y River.
Los partidos entre Boca y River se analizan más que cualquier otro en la Argentina. En lo previo y posterior. No porque fuesen partidos diferentes al resto. Pero tienen la particularidad de que son los más masivos del país. Esa masividad a nivel nacional, los clubes, las empresas y los medios o las empresas medios, la leen como potencial consumo.
Los clubes
Más allá de la pasión/gloria/festejo para los dirigentes están los números. Tres partidos en 11 días entre Boca y River son una cuestión de millones.
Por La Garganta Poderosa.- Ni el árbitro, ni el juez de línea, ni el que tiró la moneda: el director artístico de la humareda. Pues a todos los que vimos “Ciudad de Dios”, ese recorte ensangrentado de la favela sin voz, nos inyectaron la misma imagen canalla desde esa pantalla “testigo” de una supuesta verdad, que no tiene un carajo que ver con esta realidad. A esa construcción falaz, la derrumbamos en una jornada que no olvidaremos jamás, porque ni un solo minuto nos sentimos visitantes, en esa comunidad que nos hizo sentir importantes. Marchando en malón, todos con la camiseta de la Selección, caímos desde nuestras villas argentinas para interpelar a las miradas mezquinas que sólo observan con el ojo diestro, para poder vendernos su relato siniestro.
Asaltantes, asesinos, narcotraficantes y cretinos protagonizan el repetido guión de todas las películas de ciencia ficción que estigmantizan al mundo villero, replicando la lógica de cualquier noticiero. Pero lejos de toda esa cultura de la muerte, hoy tuvimos la suerte de vivir nuestra propia historia real, en el marco de nuestro propio mundial, sobre el césped de un potrero espectacular, donde todo el estadio era una gran popular.
César Cortés, delantero de Universidad de Chile expresó su molestia por jugar el clásico contra Colo Colo a mediodía: “Me parece horrible, es un horario que no acomoda a ningún deportista ni al público”, dijo.
El delantero agregó que “no sé el motivo de jugar más temprano, que los delincuentes no se levantan temprano? Al final vamos a jugar sin público o hacer desaparecer el fútbol… Algunos se van por el camino fácil. Es muy fácil salir en la tele y después irse al gobierno“.
Respecto del nivel del equipo, Cortés expresó que “hemos sido muy irregulares, con responsabilidades compartidas entre jugadores y cuerpo técnico. Lo podemos hacer mejor”.
Por su parte, el día de ayer en Colo Colo, jugadores como Luis Mena, también expresaron su molestia sobre el horario en que las autoridades, del gobierno derechista de Piñera, definieron que se jugara el clásico.
El 31 de Enero de 2012 se jugó una nueva edición del superclásico chileno.
Universidad de Chile enfrentó a Colo-Colo en el estadio Bicentenario Germán Becker, ubicado en Temuco, a 675 kilómetros al sur de Santiago. El partido amistoso, válido por la ya tradicional “Copa Gato” fue suspendido antes del pitazo final por una bengala tirada por la barra Los de Abajo al campo de juego.
Si bien todos los análisis realizados por la prensa deportiva ahondaron en la acción de los “desalmados” y “delincuentes” barristas, algo pasó desapercibido.
Promediando el primer tiempo, Junior Fernandes, delantero afrodescendiente de padres brasileños, nacido en Tocopilla –El mismo pueblo de Alexis Sanchez- y contratado este año por Azul Azul para formar parte de la U, tomó posición en el area colocolina esperando el envío de Pedro Morales desde la esquina.
Tras un centro bombeado el albo, el arquero de Colo-Colo – Equipo que lleva el nombre del mapuche que firmó el primer tratado de paz con los españoles, representados por el colonizador García Hurtado de Mendoza y que además en su insignia lleva la imagen de otro mapuche, Lautaro- Francisco Prieto saltó por el balón y al mismo tiempo lo hizo Fernandes, chocando en el aire contra el portero. Inmediatamente Prieto saltó sobre Junior y lo empujo, gritando “Más cuidado po negro culiao”.
El árbitro, a menos de dos metros se desentendió de la jugada y todo continuó normal.
Parece que “negro culiao” es más que normal en una cancha chilena.