Por Guillermo Arellano
Consultado sobre si se debe investigar la gestión del ex presidente del club, Hernán Levy, Carlos Soto, timonel del Sifup, expresó que “en la FECU (estados financieros) de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) puede apreciarse el comportamiento económico de los clubes de las Sociedades Anónimas Deportivas Profesionales”.
En lo deportivo, dos goleadas históricas sufridas ante el clásico rival, Universidad de Chile, (5-0 en la fase regular del Torneo de Apertura y 4-0 en los playoffs), sumado a otro término de campeonato sin lograr un título, lo que lo aleja al equipo popular de la Copa Libertadores versión 2013.
En lo futbolístico, un plantel mermado para el segundo semestre debido a la “poda” de jugadores que incluyó también la renuncia del director técnico Luis Pérez, donde los desafíos son el Clausura, la Copa Chile y una hipotética clasificación a la Copa Sudamericana si O´Higgins logra derrotar a la “U” en la final del certamen nacional.
En lo económico, una situación monetaria que apenas tiene en caja un millón de dólares para refuerzos. La situación pone en tela de juicio a Hernán Levy, ex presidente de Blanco y Negro, sociedad anónima que administra al club desde su quiebra, que a nivel de plantel invirtió 210 millones de pesos en sueldos.
Si bien Luis Pérez ganaba 6 millones de pesos mensuales como DT, sus antecesores en el cargo, Ivo Basay, Diego Cagna, Américo Rubén Gallego, provocaron inmensos salarios (entre 500 y 800 mil dólares) y 450 millones de pesos en sus respectivas indemnizaciones.
Además, en este delicado ítem se destacan los altos ingresos que perciben jugadores como Esteban Paredes (20 millones), que parte México, Roberto Gutiérrez (16 millones), Osmás Molinas (13 mil dólares) y Horacio Cardozo (25 mil dólares). Para peor, estos y otros futbolistas (como Francisco Prieto y Matías Vidangossy) tienen contratos vigentes hasta 2013, 2014 y 2015 y no están considerados por la regencia colocolina y pagarles la indemnización cuesta 2,5 millones de dólares.
Por si fuera poco, en materia de venta de jugadores, los albos no consiguieron dineros frescos con las ventas de Paredes y Bryan Rabello. Es más, la transferencia a España del habilidoso volante sólo dejará unos pocos pesos por los derechos de formación.
Por último, en lo institucional, la mala realidad del equipo se traspasó a las graderías, donde el público apenas llegó a los 500 abonados, 2.540 socios honorarios, 5 mil socios de galería y 2.141 accionistas con derecho a ingresar al estadio. En recaudación, el monto trepó a los 1.140 millones de pesos, la mitad de lo que reunión Azul-Azul en la suma de los dos torneos disputados el año pasado.
A nivel accionario, ByN solo atesoró pérdidas por 1.317 millones de pesos, seis veces más que 2011, que ya tuvo cifras negativas de 207 millones de pesos.
Por esto y más, la directiva de Carlos Tapia revisará los contratos de los jugadores que se efectuaron en la era de Hernán Levy, decisión que cuestionan los dirigentes que apoyan la gestión del consuegro del presidente Piñera y dueño de Cerámicas Santiago.
Sanciones
Carlos Soto, presidente del Sindicato de Futbolistas Profesionales (Sifup), manifestó ante las dudas que se asoman por los contratos que se suscribieron en Colo-Colo, versus lo que efectivamente ganan los jugadores, que “el estatuto laboral, en su artículo 152 del Código del Trabajo, establece sanciones económicas para la institución que simule o oculte beneficios que tengan como causa el contrato de trabajo”.
“El fútbol profesional es una actividad de carácter privado. Los clubes son sociedades anónimas deportivas profesionales o corporaciones de derecho privado, es decir, cada institución se maneja de conformidad a sus estatutos y reglamentos, por lo tanto, las decisiones económicas corresponde explicarlas a sus socios y accionistas según corresponda”, señaló a Cambio21.
Soto explicó que “en la contratación de un futbolista participan dos o más partes dependiendo de la condición del posible contratado. Si es un jugador libre, debiera participar el nuevo club, el jugador y, a veces, el representante o agente. Si es una transferencia se agrega el antiguo club”.
Consultado sobre si en este caso particular se debe investigar la gestión del ex presidente del club, Hernán Levy, el dirigente expresó que “en la FECU (estados financieros) de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) puede apreciarse el comportamiento económico de los clubes de las Sociedades Anónimas Deportivas Profesionales. Si hay números azules o rojos, son las entidades destinadas a la fiscalización y control a corregir desviaciones”
Fuente: Cambio21*
*Nota de Fútbol Rebelde: Cambio21 es un medio neoliberal pro concertación, que al calor de las movilizaciones del año 2011 toma ropaje de medio progresista, pero no olvidemos que fue la propia Concertación la que impulsó la privatización de nuestros clubes.