Desde este viernes se está llevando a cabo la cumbre de los 20 países más poderosos del mundo, agrupados bajo la sigla del G-20. Miles de personas y organizaciones revolucionarias y anticapitalistas, se han organizado bajo la consigna “Bienvenidos al Infierno”, haciendo un paralelo con la frase que recibe a los equipos visitantes que juegan contra St. Pauli, en el Estadio Millernton.
Es en este contexto que el FC St. Pauli ha realizado un nuevo acto solidario y de compromiso social con las luchas antifascistas y anticapitalistas. Ante el desalojo que la policía hizo de la acampada donde miles de personas esperaban las movilizaciones contra el G-20, el club se ha posicionado abriendo el estadio de Millerntor para que dentro puedan pasar la noche hasta 200 personas. Las zonas habilitadas están disponibles a partir del pasado jueves al mediodía, víspera del comienzo de la reunión del G20, y a tiempo para la gran manifestación anticapitalista que recorrió este viernes las calles de Hamburgo.
Phil Butland es un activista de Die Linke que ha viajado desde Berlín para manifestarse en contra del G-20. Cuenta que “hoy Hamburgo es una ciudad sitiada, la policía ocupa toda la ciudad y está reprimiendo duramente con cañones de agua. Me manifiesto porque el mundo no puede seguir girando en contra de los intereses de la gente. La causa principal de la crisis actual son líderes como Trump, Merkel, Erdogan o Putin, que este fin de semana se reúnen en Hamburgo y miles de personas les están demostrando que no son bienvenidos”.
Todos los 22 de marzo se celebra el “Día Mundial del Agua”. Recurso natural imprescindible para la vida en el planeta, pero cada vez más mercantilizado, al ser un recurso que en los países latinoamericanos ha perdido soberanía cayendo en manos de grandes transnacionales de países o bloques imperialistas. Por otro lado, el cortoplacismo con que se mira la producción de grandes obras que afectan zonas de agua dulce, como represas o pantanos artificiales y las consabidas explotaciones mineras en glaciares u obras en las que se lanzan los residuos de la extracción mineral a ríos y lagos que luego los pueblos de los alrededores usarán para la agricultura o el consumo familiar.
En este articulo les presentamos un cortometraje relacionado con el tema y la lucha popular contra la privatización del agua. “Abuela Grillo” es un corto de dibujos animados y es el resultado de una iniciativa de intercambio cultural entre Bolivia y Dinamarca, conformado por animadores bolivianos y el departamento de formación pedagógica de The Animation Workshop y con el apoyo de la Comunidad de Animadores Bolivianos y la Embajada Real de Dinamarca.
Abuela Grillo es la adaptación de un mito ayoreo. La versión animada convierte esta historia en una fábula que trata un tema fundamental del mundo contemporáneo: la lucha de los pueblos en contra de la mercantilización del agua.
La prestigiosa cantante boliviana y ahora embajadora de Bolivia en Francia, Luzmila Carpio, presta su voz y su canto al personaje de manera magistral. Este cortometraje llega a ser un nuevo punto alto dentro del arte de la animación en Bolivia y es el primer fruto de un proyecto a gran escala que incluye la futura realización de diversas producciones animadas y la formación de más artistas bolivianos en distintos campos de la animación.
El fútbol es el deporte más popular en los territorios zapatistas. Allí tanto hombres como mujeres disfrutan dando patadas al balón aunque no tengan ningún campo de fútbol. No tienen zapatos de fútbol y algunos tampoco poseen medias adecuadas. Pero todos, desde el portero hasta el puntero izquierdo, portan sobre su rostro el pasamontañas de siempre. Sobre el fondo negro de sus camisetas, las grandes letras rojas en el pecho enseñan que la oncena no es otra que la selección del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). El emblema es la estrella roja y el saludo al público de las gradas lo realizan llevando su mano izquierda hasta un extremo de la frente.
El equipo de insurgentes, dentro y fuera de la cancha, es de armas tomar. En marzo de 1999, los zapatistas realizaron la marcha del color de la tierra y la consulta nacional por los derechos indígenas. Y entre tanta actividad se concretó el primer partido de fútbol. De un lado, los insurgentes; del otro, ex futbolistas entrenados por el seleccionador mexicano Javier Aguirre. La brega concluyó con un combativo 5-3 donde ganaron los ex profesionales, pero el lema zapatista estaba claro: la única derrota es no seguir luchando. Javier Aguirre respecto a este partido comentó: “Los zapatistas llegaron al campo sin zapatos de fútbol, con botas militares, por lo que tuvimos que prestárselos nosotros. No quisieron desprenderse del pasamontañas para jugar”.
…todos los días hay que luchar por que ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización. Ernesto Che Guevara