Una encuesta publicada el domingo sobre la riqueza y la raza de los aficionados que asisten a los partidos de la Copa del Mundo en Brasil muestra lo que cualquier televidente en la nación ha visto: una abrumadora mayoría es adinerada y blanca.
Esto es particularmente notable en un país como Brasil, un país cuya población es un mosaico de razas pero donde reside el mayor número de negros en todo el mundo, sólo por debajo de Nigeria. Aproximadamente 47% de los brasileños se identificaron como blancos en el censo de 2010.
Una encuesta de la firma Datafolha, publicada en el periódico Folha de Sao Paulo, mostró que el sábado, en el choque por octavos entre Brasil y Chile, el 67% de los asistentes se clasificó como de raza blanca y el 90% provenía de las mejores clases económicas de Brasil. Esas clases pudientes representan alrededor del 15% de la población de Brasil.
Tendencias similares se han observado en otros partidos de la Copa, según otras encuestas.
Para la derecha “el fútbol era la prueba de que los pobres piensan con los pies”; y para la izquierda, “el fútbol tenía la culpa de que el pueblo no pensara. Esa carga de prejuicio, hizo que se descalificara una pasión popular”. Eduardo Galeano