A días de conmemorarse los 41 años del golpe militar de 1973 en Chile reproducimos la recreación fotográfica del año pasado de Andrés Bravo, de la Asociación Independiente de Fotógrafos (AFI) de Santiago, donde pone en contraste pasado y presente del Estadio Nacional de Chile, “el más grande centro de detención y exterminio utilizado tras el golpe militar de 1973, que sigue guardando en sus rincones los rostros de los que allí estuvieron”. Texto y recreación fotográfica: Andrés Bravo, AFI Santiago.
El Estadio Nacional de Chile, el más grande centro de detención y exterminio utilizado tras el golpe militar de 1973, sigue guardando en sus rincones los rostros de los que allí estuvieron.
El cuero estaba dispuesto en mediocampo. El empedrado ardía bajo las cintas de luz del medio día. Habían pasado ya tres horas desde el primer toque que anunciaba un fin de semana de fútbol. Mas, los jugadores, transpirando sal y vinagre, mantenían el temple de un profesional. Tal vez, poco más. Cinco jugadores se repartían por equipo. Otros tantos esperaban al eliminado para ocupar su puesto para así intentar alguna genialidad. Pero el juego apenas comenzaba y la discusión era por la mejor portería o la posesión del balón. Al fin, el balón rueda. En Cuba también se juega fútbol.
Fotos: Otmaro Rodríguez -Ver fotos en Leer resto del artículo
Jessica Hilltout (fotógrafa belga) estaba en Pacasse (Mozambique) cuando se detuvo en un pueblo, localizó a un entrenador de fútbol y pactó habló con él. Organizaron un partido entre el Inha Vento, equipo local, y sus vecinos, los jugadores del Barcelona.
El termómetro marcaba 35 grados y a la fotógrafa le sorprendió que los jugadores del Barcelona llegaran a pie, vestidos con enormes abrigos de lona, con sombreros similares a los de los esquimales.
“Me di cuenta de que estaban imitando a los equipos ingleses, por ejemplo, que llegan al terreno de juego en el medio del invierno con eses atuendo”.
Los momentos de mi vida en los que yo he crecido tienen que ver con los fracasos; los momentos de mi vida en los que yo he empeorado, tienen que ver con el éxito. El éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peor, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos; el fracaso es todo lo contrario, es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes. Si bien competimos para ganar, y trabajo de lo que trabajo porque quiero ganar cuanto compito, si no distinguiera qué es lo realmente formativo y qué es secundario, me estaría equivocando" Marcelo Bielsa