Por Denis Iglesias.- Ser Miembro de la Orden del Imperio Británico (MBE, por sus siglas en inglés) está considerado como uno de los mayores reconocimientos del Reino Unido. En la lista de distinguidos están deportistas de diferentes ámbitos como Pelé, Bobby Charlton, Bradley Wiggins o Nigel Mansell. Pero el nombre que nadie verá en la lista será el de Howard Gayle, el primer futbolista negro del Liverpool que acaba de rechazar una condecoración que se otorga a británicos que han contribuido de forma notable en sus áreas. “Si lo acepto, mis antepasados se revolverían en sus tumbas por cómo el Imperio y el colonialismo les esclavizaron”, dijo nada más conocer la nominación.
Gayle es una de las cabezas visibles de la campaña Show Racism the Red Card (Muestra la tarjeta roja al racismo), que busca erradicar la xenofobia desde el fútbol formativo hasta el profesional, pasando por la grada. El trabajo al frente de esta iniciativa le hizo merecedor de optar a ser MBE, pero el exjugador no acepta el término ‘Imperio’. “Si quieren ser inclusivos y aceptar a gente negra del Reino Unido y de la Mancomunidad de Naciones, que le cambien el nombre”, subrayó.
La muerte por aplastamiento de 96 personas el estadio de Hillsborough, hace ahora 27 años, no fue un accidente. Aquellos fans del Liverpool, con edades comprendidas entre los 10 y los 67 años, fueron víctimas de un homicidio imprudente, atribuible a la policía. Esa es la conclusión a la que ha llegado este mediodía el jurado, formado por seis mujeres y tres hombres, constituido hace dos años.
Familiares de las víctimas se abrazaban emocionados a las puertas del edificio de Warrington, en el norte de Inglaterra, donde los miembros del jurado se reunían desde marzo de 2014 y donde pasadas las 11 de la mañana ha comunicado su decisión. Unos y otros podrán, al fin, pasar la página del proceso judicial más largo de la historia legal británica.
El jurado ha llegado a la conclusión de que los fallecidos fueron víctimas de homicidio, atribuible a la deficiente actuación policial, antes y durante el partido. También ha concluido que el comportamiento de los hinchas del Liverpool no causó ni contribuyó a la tragedia. Tras una campaña de 27 años por parte de los familiares de las víctimas, la memoria de la afición del Liverpool ha quedado limpia. Un canto espontáneo de You’ll never walk alone, el himno del equipo, acompañó a la salida del juzgado las lágrimas de los familiares.
Quizás a quien no le gusta el futbol jamas lo va a entender, pero el partido de ayer entre Liverpool y Borussia Dortmund fue increible de principio a fin: homenaje de ambas hinchadas a los 96 muertos de Hillsborough en la previa de un nuevo aniversario, la remontada de los de Jürgen Klopp estando 3-1 abajo, un himno al amor por un club entonado por ambas y pasionales hinchadas.
El partido de vuelta de los cuartos de final de la Europa League entre Liverpool y Borussia Dortmund además sumaba este elemento para ser más atractivo, el hecho de que las aficiones de los dos equipos comparten ideas e himno y lo cantan siempre con fervor. Pues bien, las tribunas en Anfield vibraron y el mundo fue testigo del clásico “You’ll never walk alone” entonado por los 45,000 asistentes, sin importar los colores. Un canto doble, dos aficiones hermanadas por ideas antifascistas, la música y la pasión por el futbol.
Excelente y épico partido y una atmosfera para desintoxicarse de tanto futbol e hinchadas de mierda, que se agreden sin sentido. El deporte más lindo del mundo, nunca mejor dicho y con la pelota limpia como nunca, porque en Anfield, la pelota no se mancha.
Por BBC Mundo.- El encargado de vigilar el estadio de Hillsborough, en Liverpool, admitió que no cerrar un tunel causó el accidente donde murieron 96 personas en 1989.
En Reino Unido, el comisario de policía a cargo de vigilar el estadio de Hillsborough, en Liverpool, durante el desastre en el que murieron mas de 96 hinchas en 1989, admitió que su decisión de no cerrar un tunel que comunicaba con el estadio fue la causa principal del accidente.
David Duckenfield también admitió que se quedó “paralizado” mientras la tragedia se desencadenaba en 1989.
El antiguo superintendente policial ha estado prestando testimonio por sexto día consecutivo, ante un comité que investiga el desastre.
Marzo de 2008, un grupo de fans descontentos con la directiva de los “reds” deciden reaccionar y formar un equipo nuevo sin ánimo de lucro, un equipo que no mire por el negocio, el AFC Liverpool.
Así el AFC nace a imagen y semejanza del club de Anfield, tanto es así que comparte con el Liverpool fc los colores (rojo), el himno (“you never walk alone”) y hasta el nombre del fondo de su estadio (“The Kop”).
Unos propietarios incompetentes: La pésima gestión del club de los americanos George Gillett y Tom Hicks (llevaron a la quiebra al club en 2010) enfadó a los pasionales aficionados del mitico club del condado de Merseyside. Un descontento que nace también por el elevado precio de las entradas que hay que pagar para ver a su equipo en Premier League.
En 2008, el egipcio Mohamed Aboutrika mostraba una camiseta al celebrar un gol, en ella se podía leer “Sympathice with Gaza”. En 2009 fue el delantero de Mali, Frederic Kanouté, el que se levantó la camiseta del Sevilla y mostró una en apoyo al pueblo palestino.
Hoy, bajo la coyuntura de la lucha de los trabajadores portuarios de nuestro país, y el creciente apoyo tanto de organizaciones de trabajadores a nivel nacional, como de la internacional de los estibadores, recordamos que en 1997, el delantero del Liverpool, Robbie Fowler, fue multado con 1.400 dólares por la UEFA al mostrar una camiseta de apoyo a trabajadores portuarios de Liverpool despedidos.
En la camiseta se podía leer “Apoyo a los 500 estibadores despedidos”. La singular camiseta jugaba con la marca Calvin Klein y la palabra doCKers (estibadores).
Hace veinte años 96 aficionados del Liverpool murieron aplastados en el estadio de Hillsborough, el campo del Sheffield Wednesday. Querían apoyar a su equipo en la semifinal de la FA Cup que le enfrentaba al Nottingham Forest. Unos 25.000 seguidores del Liverpool se habían desplazado al partido y una multitud que se había quedado a las puertas del estadio pese a disponer de entrada, empujó arrollando y aplastando contra las vallas de separación del terreno de juego a los que ya estaban dentro. Por lo que ha trascendido ahora, alguien les indicó una puerta de entrada a una zona que ya estaba llena. Nadie supo parar a los de fuera y nadie acertó a abrir las puertas de las vallas facilitando la huida de los atrapados hacia el césped.
Era el 15 de abril de 1989. Cuatro años antes, los seguidores del Liverpool habían protagonizando los gravisimos incidentes de la final de la Copa de Europa en el estadio Heysel de Bruselas en los que murieron 39 aficionados (32 italianos seguidores de la Juventus, cuatro belgas, dos franceses y un británico). El fenómeno hooligan estaba en pleno apogeo y los aficionados más extremistas del Liverpool eran de los más temibles. A las autoridades les resultó sencillo culpar a las propias víctimas y a sus compañeros de la tragedia de Hillsborough. Les describieron como una masa de borrachos violentos que pretendía colarse en el estadio sin entrada.