Por Víctor Báez Mosqueira.- Desde la prensa se refieren a los campeonatos mundiales de fútbol organizados por la FIFA como una fiesta de los pueblos, de la paz, de la armonía mundial y otras creaciones fantasiosas y demagógicas de ese estilo. Pero lo que hemos encontrado en nuestras investigaciones es todo lo contrario, no solamente en el Brasil, sino también de los que están programados por la entidad para el 2018, en Rusia, y el 2022, en Qatar.
Se empieza con el quebrantamiento de los Derechos Humanos de quienes trabajan. En realidad, las asociaciones de la FIFA con grandes empresas hace que ella presione a los gobiernos de los países que fungen de sede de los campeonatos a cambiar las leyes laborales, flexibilizándolas y adecuándolas a los intereses de sus empresas asociadas. Los campeonatos mundiales de fútbol son, entonces, un festín de las grandes empresas.
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