Por Gonzalo Reyes.- La selección argentina se bajó del partido contra Israel ante las protestas y la polémica que había generado. Las marchas y manifestaciones de palestinos en la Franja de Gaza, la represión militar y la decisión política de EE.UU. de trasladar su embajada, llenaron de sospechas a un encuentro acusado de ser parte de una propaganda política internacional. En la concentración Argentina todos señalan a Messi como responsable de la decisión. La Agencia Judía de Noticias (AJN) confirmó que Benjamín Netanyahu llamó a Mauricio Macri para que interceda. Todo deporte, es político.
Todo deporte es político. Sobre esa tesis, desde La 10 hemos intentado contar el contexto sobre el cual se gestó el partido entre Argentina e Israel, cuya suspensión fue informada oficialmente por la propia Embajada de Israel en la tarde del martes.
Desde el 30 de marzo, cuando comenzó la Gran Marcha del Retorno en los márgenes de la Franja de Gaza -en conmemoración del 42º aniversario del Día de la Tierra Palestina-, se podía observar que la decisión de Donald Trump acerca de trasladar la embajada norteamericana a Jerusalen, estallaría. Y en ese cuadro, desde entonces, figuraba la Selección Argentina, Lionel Messi y el Mundial de Rusia.
Por futbolrebelde.org.- Así no más, con pintura de guerra y el sugerente lema “ganaremos”, jugadores catalanes -entre estos Cesc Fabregas- promocionan el amistoso contra Cabo Verde organizado por la Plataforma ProSeleccions Deportivas Catalanas, que se llevará a cabo el 30 diciembre próximo en el Estadio Olímpico.
Todo esto ocurre en la coyuntura del próximo referendum independentista que quieren realizar los catalanes, bajo las amenazas del Estado español, y el presidente de este, Mariano Rajoy.