Por Luis Bagnola (Revista Un Canio).- Hace más de ochenta años nacía la Liga soviética, elemento fundamental en el crecimiento del fútbol ruso que hoy se prepara para organizar la Copa del Mundo.
Mientras celebra el centenario de la Revolución de octubre, Rusia se prepara para recibir al máximo evento popular del planeta. A menos de un año de la Copa del Mundo, lejos parecen haber quedado los tiempos de la URSS; sin embargo, muy distinto sería el fútbol de este país si no hubiese existido la Liga soviética, un torneo que sirvió para masificar el juego y para generar identidad en cada una de las ciudades y repúblicas de la nación. Entonces, se podría simplificar y decir que hoy Rusia tiene el Mundial porque antes tuvo una Liga de toda la Unión.
Durante las últimas décadas del Imperio ruso, el fútbol se expandió solo entre las clases acomodadas. En un país muy poco desarrollado económicamente, en el que la población era mayoritariamente campesina e iletrada, no había demasiado tiempo para los deportes. Por eso, solo se jugaba en los grandes centros urbanos de Moscú y Petrogrado (actual San Petersburgo), donde inmigrantes ingleses fundaron los primeros clubes. El resto del pueblo conoció el fútbol después de la Revolución de octubre de 1917, de la guerra civil y del nacimiento de la Unión Soviética en 1922.
Por Guillermo Samperio.- Ya ves, el que no se vuelve entrenador, pone su negocio o hace comerciales. No sé si has visto al Reynoso haciendo comerciales para el pan Bimbo, y al Pajarito anunciando relojes contra balonazos durante un supuesto partido de garra. Yo he estado a un lado de la portería y nunca le he mirado ningún reloj, si hasta las rodilleras le molestan. En la actualidad nada más los mamones usan rodilleras y relojes, como Calderón. Yo las llegué a utilizar, pero ya llovió desde entonces, ahora a pura rodilla pelona y nada más, manito. Pero el asunto que me tiene jodido no fue una cosa que se me ocurriera de la noche a la mañana; además, tú sabes bien que los jugadores siempre se han quejado, los de ayer y los de ahora, y siempre es la misma cantaleta; no hay seguridad y todo déjalo a la buena suerte de tus piernas. Otro hecho que me animó a pensar mejor las cosas fue el movimiento sindical del Suterm, que se la está rajando bonito y sabroso. Desde luego que no trato de escamotear mi responsabilidad, ni desmentir lo que dicen los periódicos sobre la propaganda que yo realicé, y esto no lo escamoteo porque creo que nosotros teníamos la razón, ¿verdad? Lo estuve pensando mucho tiempo y hasta me leí un libro de Lenin que habla sobre los sindicatos y lo pinche que son los patrones.
Por Gonzalo Mazarrasa.- Es imposible comprender el fútbol ruso y soviético sin remitirnos a sus orígenes. El deporte ya era famoso, pero no fue hasta los años 30 donde pudo organizarse con éxito un campeonato. Una década en la que Rusia y varías Repúblicas vecinas consolidaban el primer Estado Socialista del mundo, y lo gobernaba con firmeza Josef Stalin. Una de las razones por las que el Stalin había ascendido y era escuchado por Lenin era por sus estudios y amplios conocimientos sobre las nacionalidades, un lastre para la clase obrera que debía unirse como clase y superar las diferencias que creaban los países. Es por ello, que al fútbol se le intentó borrar cualquier adscripción de tintes nacionales. Había que evitar que se reprodujeran enfrentamientos que simbolizasen una resistencia frente al dominio de Moscú.
El poder económico, a través del poder político, ha producido una desculturización aterradora, que ha llegado al fútbol. Había una cultura, un estilo que en el nombre del modernismo se empezó a destruir. “Hay que ser moderno” en el fútbol, en la música, el arte... Parece que para ser moderno hay que matar a Mozart o a Beethoven. Si eso es el modernismo, prefiero ser antiguo como Mozart y no moderno como Julio Iglesias. Cesar Luis Menotti