Por Carlos Pulleiro (*).- Sobre la politización del deporte, las instituciones deportivas realizan una labor de persecución al despliegue de simbología de naciones sin Estado como Euskal Herria o Catalunya en recintos deportivos. A su vez, estas mismas instituciones, protegen y legitiman la simbología de los Estados en un claro ejercicio de doblepensar orwelliano.
Aparece estos días en prensa española que la UEFA podría plantearse sancionar al F.C. Barcelona por la exhibición de banderas esteladas en su estadio con el artículo 14.7 de su Código Disciplinario, en el que se especifica que “están prohibidas todas las formas de propaganda ideológica, política y religiosa” en el deporte. De llevarse a cabo, el club se arriesgaría a sufrir una sanción que puede abarcar el cierre parcial o total del campo, la pérdida de puntos o hasta la expulsión de la competición, lo que se sumaría a las multas económicas de 30.000 y 40.000 euros impuestas con anterioridad por la propia UEFA.
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