Por @josefelipem.- El 9 de febrero de 1992 Guus Hiddink, por aquel entonces entrenador del Valencia CF, saltó al césped del estadio Luis Casanova, ahora Mestalla, minutos antes de que arrancara el encuentro de su equipo ante el Albacete Balompié. El holandés pudo ver, tan sorprendido como indignado, como en la zona ocupada por la afición visitante, las Brigadas Blancas, ultras albaceteños, habían colgado una bandera nazi. Hiddink fue todo lo claro que no habían sido los clubes ni las autoridades hasta el momento: “O se quita la bandera o no se juega”. Y la bandera se quitó.
Para entender los motivos que llevaron al entrenador a tomar aquella acertada decisión hay que recordar un poco de historia. Hiddink tenía por aquel entonces 42 años, es decir, no había sufrido directamente la Segunda Guerra Mundial, pero sí su familia. Nacido en la ciudad de Arnhem, que hace frontera con Alemania, Guus conoció de primera mano los sufrimientos que pasaron sus familiares cuando en 1944 la captura del puente de Arnhem, sobre el río Rin, fue uno de los grandes objetivos de los ejércitos aliados. La zona de la ciudad que rodea a ese puente quedó completamente devastada y, en los últimos días de la operación Market Garden los alemanes, en su retirada, castigaron duramente a una población civil que había quedado en manos de los nazis desde 1940, cuando las tropas de los Países Bajos solo pudieron aguantar una semana de batalla con los alemanes.
El periodismo cambió mucho en los últimos años al igual que el fútbol, al igual que casi todo. El periodismo es un grupo de empresarios que tienen medios de comunicación para ganar plata, en términos generales Ángel Cappa